domingo, 5 de octubre de 2008

Las Argentinas no se quedan...miren


De Brasil



Gracias al blog de el manaba

Bella colorada



Gracias a el blog de el manaba

Todos le ganan a Boca...menos Liga



Boca cayó por segunda vez consecutiva en La Bombonera: esta vez por 2-1 frente a Estudiantes. El equipo de Carlos Ischia, que había empezado en ventaja, quedó a ocho puntos del líder San Lorenzo

BUENOS AIRES (DYN) -- Por segunda vez consecutiva Boca Juniors cayó como local, esta vez por 2 a 1 ante Estudiantes de La Plata, resultado que lo deja muy lejos del puntero San Lorenzo, pero que además pone de manifiesto sus debilidades como equipo, y las inseguridades que padece.
Estudiantes apareció en el segundo tiempo para remontar una desventaja inicial, fue el que mejor manejó el balón, se sirvió de la desesperación e impotencia de su vial y consiguió una victoria que no merece objeción.

¿Por qué triunfó el Sí?


¿Por qué triunfó el Sí? lo pueden leer en el diario Hoy
Publicado el 05/Octubre/2008 00:14
Ernesto Albán GómezEvidentemente no se debió a que el electorado, luego de un análisis profundo del proyecto constitucional, se haya convencido de las "bondades" de ese documento. Los electores, en su gran mayoría, apenas conocieron algunos aspectos puntuales del proyecto. Y, a lo mejor, si ese análisis profundo se hubiese hecho, ganaba el No. El resultado del refererendo no puede ocultar la realidad: la nueva Constitución es discursiva y está llena de ambigüedades; y, lo que es peor, permite una muy peligrosa concentración de poderes. Si se quiere una Constitución con capacidad de supervivencia, deberá ser ampliamente reformada, y lo más pronto posible.En efecto, el Sí no ganó por las bondades del proyecto. Son otros los factores que propiciaron su triunfo. Y el primero fue el afán de cambio sentido por el país como una condición esencial para marchar hacia el futuro. Las penosas experiencias de los años pasados, el fracaso de los dirigentes y de los partidos políticos, la crisis de las instituciones señalaron claramente la necesidad de un cambio profundo en la conducción política del país. El grito popular "que se vayan todos" sintetiza gráficamente el clima que se ha vivido en los años precedentes. Exitosamente se difundió la idea de que ese cambio debía empezar por expedir una nueva constitución. Es inútil discutir en este momento el espejismo de tal medida; pero el mensaje caló en la ciudadanía y permitió, primero, el triunfo de la consulta popular que convocó a la Asamblea y ahora el triunfo, en menor escala, del Sí. El segundo factor es, indudablemente, el liderazgo del presidente de la República. Son muchas las críticas que se pueden hacer a su gestión y a su estilo; son varios los temores que se pueden abrigar sobre su proyecto político y sobre sus concepciones económicas; pero es evidente que continúa con un porcentaje notablemente alto de aceptación popular y de credibilidad. Estoy convencido de que numerosos electores, a quienes no interesó para nada el conocer algo del texto constitucional, votaron afirmativamente porque el presidente les pidió que votaran de esa manera. Por cierto que este liderazgo es tanto más notorio y eficaz por la ausencia de otros líderes nacionales. De haberlos, el resultado podría haber sido distinto. Lo sucedido en Guayaquil es sintomático: la presencia y la acción del alcalde apartaron a la ciudad de la tendencia general; y por razones que deben tomarse en cuenta ocurrió lo mismo en Napo y Orellana. A estos factores hay que agregar la apabullante campaña gubernamental. Ha sido de tal magnitud que hasta la Unión Europea se ha asombrado y recomienda poner remedios para el futuro. Se trata del punto más discutible de todo el proceso. El día de las elecciones fue, si se quiere, ejemplar, pero hasta la víspera se escucharon y vieron los mensajes gubernamentales que indudablemente inducían al voto por el Sí. De todos modos, hay que tomar en cuenta que los 2 500 000 de votos que no estuvieron por el Sí son votos duros de ciudadanos críticos, no solo de la Constitución sino del Gobierno. Y ese es un dato que deberá tenerse en cuenta.