Un joven estadounidense, que admitió haber sido admirador de Osama Bin Laden, fue condenado hoy a 35 años de cárcel por planear un atentado contra un centro comercial en el estado de Illinois (norte) en las Navidades de 2006.
Derrick Shareef, que según el Daily Herald cumplió hoy 24 años, irá a la cárcel por idear un plan para detonar varias granadas de mano en los cubos de basura de un centro comercial en la ciudad de Rockford (Illinois).
El acusado fue acusado de intentar dañar o destruir un edificio y tratar de usar armas de destrucción masiva.
Según el diario, Shareef dijo al juez que perteneció a una facción radical islamista, pero reconoció que cometió un error con sus creencias y con la conspiración para perpetrar el ataque.
Shareef se definió a sí mismo como un musulmán devoto "que una vez admiró a Osama bin Laden, pero que sólo ahora se ha dado cuenta de que la violencia es algo equivocado".
"De verdad, no soy un extremista, he aceptado que lo fui", dijo Shareef, quien insistió en que había cambiado.
Shareef fue arrestado en 2006 tras reunirse en un estacionamiento con un agente encubierto con quien había quedado para intercambiar unos altavoces de un equipo de música por cuatro granadas y una pistola.
Fuentes federales revelaron entonces que tres meses antes Shareef se había puesto en contacto con un confidente de la Oficina Federal de Investigación (FBI) y le contó que quería cometer acciones de "violencia yihad" (guerra santa) contra civiles.
El juez federal que sentenció el caso, David Coar, señaló que no creía que Shareef fuera "malvado" pero que muchas personas podrían haber resultado heridas si los agentes federales no hubieran descubierto la conspiración.
Por ello, consideró que era necesario una sentencia ejemplar, "dada la gravedad de lo que planeaba y para proteger a los ciudadanos".
Derrick Shareef, que según el Daily Herald cumplió hoy 24 años, irá a la cárcel por idear un plan para detonar varias granadas de mano en los cubos de basura de un centro comercial en la ciudad de Rockford (Illinois).
El acusado fue acusado de intentar dañar o destruir un edificio y tratar de usar armas de destrucción masiva.
Según el diario, Shareef dijo al juez que perteneció a una facción radical islamista, pero reconoció que cometió un error con sus creencias y con la conspiración para perpetrar el ataque.
Shareef se definió a sí mismo como un musulmán devoto "que una vez admiró a Osama bin Laden, pero que sólo ahora se ha dado cuenta de que la violencia es algo equivocado".
"De verdad, no soy un extremista, he aceptado que lo fui", dijo Shareef, quien insistió en que había cambiado.
Shareef fue arrestado en 2006 tras reunirse en un estacionamiento con un agente encubierto con quien había quedado para intercambiar unos altavoces de un equipo de música por cuatro granadas y una pistola.
Fuentes federales revelaron entonces que tres meses antes Shareef se había puesto en contacto con un confidente de la Oficina Federal de Investigación (FBI) y le contó que quería cometer acciones de "violencia yihad" (guerra santa) contra civiles.
El juez federal que sentenció el caso, David Coar, señaló que no creía que Shareef fuera "malvado" pero que muchas personas podrían haber resultado heridas si los agentes federales no hubieran descubierto la conspiración.
Por ello, consideró que era necesario una sentencia ejemplar, "dada la gravedad de lo que planeaba y para proteger a los ciudadanos".
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