lunes, 29 de septiembre de 2008

‘Quiero regresar para dirigir a Barcelona’


Tiene 48 años y ya no luce la frondosa cabellera que tenía cuando llegó a Ecuador, en 1989, fichado por Filanbanco. Sin embargo, conserva el humor que lo hizo merecedor al apodo de Loco, que trajo en sus maletas, como sus goles y garra. El ex atacante uruguayo Luis Alberto Acosta (subcampeón de la Copa Libertadores de 1990, con Barcelona, club en el que fue ídolo) actualmente se desempeña en su país como técnico del Wanderers, equipo de la primera división del fútbol charrúa y no olvida a Ecuador.
¿Qué recuerda de su paso por Barcelona?Fueron más satisfacciones que tristezas. En ese club logré cosas muy importantes (subcampeonato de América) y dejé buenos amigos como Carlos Luis Morales, Jimmy Izquierdo (+), Carlos Muñoz (+), Jimmy Montanero, Manuel Uquillas, David y Freddy Bravo, entre otros. He perdido contacto, pero quiero que sepan que aún mantengo en mi mente los momentos de gloria que vivimos. Hace poco vi a José Francisco Cevallos (el pasado 10 de septiembre, cuando la Tri jugó ante Uruguay, por la eliminatoria, en Montevideo) y me dio una alegría enorme estrechar su mano.
¿Conoce algo de la situación actual del equipo torero? ¿Sabe cómo va?Muy poco. Lo que me he enterado lo sé por internet, pero es una institución que debería estar más arriba y no peligrar de quedar fuera de lugares estelares. Ojalá en este año pueda quedar campeón, porque es un equipo grande y se lo merece.
¿Por qué cree que Barcelona no ha ganado un título nacional en diez años?No sé cómo es el manejo de la institución a nivel de los dirigentes. Me podría adelantar a decir que no ha tenido una camada buena de jugadores nacionales y extranjeros y esto ha mermado su rendimiento. Todo lleva a ese problema. Se necesita personalidad para estar en Barcelona y un deseo de ganarlo todo con este maravilloso equipo.
¿El equipo de 1990 que usted integró tenía eso?Sin duda. Siempre fueron victorias con nosotros. A veces el juego se nos complicaba y caíamos, pero lo dejábamos todo en la cancha. El jugador de ahora debe estar consciente de que debe dejarlo todo en el campo.
¿Aún recuerda el penal que le atajó Éver Hugo Almeida en la final copera contra Olimpia?Ya lo superé. Yo acerté más de lo que erré cuando estuve en Barcelona. Fue una jugada tan polémica porque el arquero sí se adelantó un par de pasos, pero tampoco fue como se dijo que yo me había quejado del árbitro.
¿Está entre sus planes regresar a Ecuador?Varias personas me lo han preguntado. Podría tener la posibilidad de volver y, con mucho respeto para el técnico que esté dirigiendo en estos momentos (Reinaldo Merlo), sí me gustaría regresar para dirigir a mi querido Barcelona.
¿Cómo se ganó el sobrenombre de Loco?Cuando se iniciaban los partidos, los locutores de las radios uruguayas me entrevistaban y yo decía qué era lo que pensaba hacer en la cancha, y cuando ingresaba lo cumplía al pie de la letra. Ellos decían: “¡Ese pibe es un loco!”. Claro que también hacía locuras con el balón.
¿Queda algo del Loco?Algo queda con los muchachos que dirijo ahora, pero eso ha pasado a la historia. Ahora debo tener más criterio en las cosas para poder manejar a un grupo. Es muy fácil ser loco cuando uno es jugador, pero difícil cuando uno se vuelve entrenador.

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