miércoles, 5 de noviembre de 2008

Se desmadraron en el tenis


El nerviosismo se había apoderado de los espectadores que coparon las instalaciones del Guayaquil Tenis Club, para observar los partidos de la segunda fecha del Challenger que lleva el nombre del Puerto Principal.El segundo set del partido entre los argentinos Máximo González y Guillermo Cañas se estaba definiendo mediante el “tie break”, cuando de repente un estruendo llamó la atención de todos.Se trataba de los graderíos metálicos ubicados a un costado de la cancha, que cedían ante el peso de unas 400 personas. Fueron minutos de pánico de una escena que se creía reservada para los espectáculos de pueblos, pero que se vivió en el tradicional club porteño.Aficionados que se encontraban en el sector afectado corrían para ponerse a salvo. Algunos eran ayudados por amigos y parientes, quienes exigían una respuesta de parte de los organizadores. Otros buscaban sus pertenencias entre los hierros retorcidos.Miembros de una empresa de seguridad privada trataban de impedir que fotógrafos y camarógrafos captaran las gráficas de las bases de la estructura metálica, que lucían visiblemente dañadas.Luis Adrián Morejón y Andrés Gómez, organizadores del evento, acudieron al lugar para socorrer a los afectados y evaluar los daños.“Ha sido un hecho desafortunado el que hemos vivido, pero no hay heridos de consideración. Según el informe que tengo, son diez heridos que fueron atendidos por los médicos del Cuerpo de Bomberos y del torneo”, afirmó Gómez.

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