domingo, 12 de octubre de 2008

Colombia perdió 0-1 con Paraguay y complicó sus aspiraciones de ir al Mundial



La Selección Colombia quedó mal herida en su camino de la eliminatoria suramericana del Mundial-2010.
En el estreno de Eduardo Lara, como su director técnico, fue muy poco lo que cambió con relación a lo que jugaba antes y en otra discreta presentación perdió 0-1 frente a Paraguay.
De nada valió la presencia de históricos como Mario Yepes y Gerardo Bedoya. De nada sirvió el amor propio de los 15 jugadores que estuvieron en la cancha del estadio El Campín. De nada una semana de armonía en Medellín. La Selección quedó estancada en 10 puntos y por ahora en el sexto lugar de la clasificación.
El partido se perdió a los nueve minutos, con un remate de Salvador Cabañas que se le metió de forma tan sorpresiva como absurda al arquero colombiano Agustín Julio. Fue gol de Paraguay, pero en el estadio, al instante, parecía que no. Hubo que preguntar varias veces y buscar con urgencia un televisor para confirmar si era verdad que la pelota tirada desde fuera del área había entrado al arco norte.
En su primer remate a la puerta colombiana, el líder de la eliminatoria ganaba 1-0. El tanto fue una puñalada al corazón de Colombia y tuvo un gran cómplice, Julio, quien seguramente distraído no tuvo reacción.
Julio, el mismo que otras noches se ganó con méritos el apodo de 'San Agustín' por ser el salvador de Colombia, era ahora el verdugo. Y con semejante herida, la Selección tardó en reaccionar. El comienzo brioso y con pasajes para la ilusión de un triunfo, se marchitó.
Por el resto del primer tiempo buscó el empate, aunque lo hizo con ansiedad y solo estuvo cerca en dos remates de media distancia: uno de Freddy Guarín a los 15 minutos y el otro de Bedoya a los 31. En ambos casos, el portero Justo Villar voló con facilidad para conjurar el peligro.
A Paraguay el partido le quedó a pedir de boca. Sin gran esfuerzo estaba en ventaja. Ganaba bien porque demostraba orden y oficio en todos los sectores de la cancha, frente a una Colombia llena de ganas, pero precipitada y sin memoria colectiva.
En el segundo tiempo la situación fue igual que desde los nueve minutos del primero. Colombia tuvo la pelota y se abalanzó al menos por la igualdad. Paraguay, entre tanto, esperó con criterio y formó una muralla imposible de tumbar.
Lara metió el arsenal que tenía guardado como 'Plan B': Darwin Quintero, David Ferreira y Adrián Ramos entraron a ver si aparecía una genialidad individual, o un milagro. Pero no. El partido se perdió frente al mejor equipo de la eliminatoria y Colombia quedó muy mal herida.

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